De casta le viene al galgo

Evidentemente, no soy lector habitual de El Confidencial Digital , pero a veces, navegando por estos mundos de internet, y sin poder evitarlo, acabo en algunas de sus páginas. Como siempre, cuando ocurre eso, me doy de morros con alguna afirmación, opinión o comentario que, o bien critica a Zapatero, o afirma que Zapatero=ETA, o insiste que detras del 11M esta ETA, o bien se mete con los catalanes.

Cuan importante me siento al pensar de que por el simple hecho de hablar de nosotros (por supuesto, mal), se ganan votos en esa España casposa, de pandereta, del toro bravo, del pollo en la bandera, esa España que a todos los que defienden sus derechos les llama despectivamente nacionalistas, a todos menos a los suyos, que no son nacionalistas, sino patriotas.

Esta vez le ha tocado el turno a la Generalitat de Catalunya, y el motivo ha sido la excarcelación de Alejandro Martinez Singul, mas conocido como el violador del Eixample. Persona por otro lado totalmete despreciable, que nos guste o no, ha cumplido con la pena a la que fue sentenciado en su día por la Justicia Española, y repito, nos guste o no, ya está en la calle. Acusar a la Generalitat de Catalunya de esa incongruencia, cuando ademas se han filtrado informes que avisan de que el mencionado individuo no se ha rehabilitado, me parece de Juzgado de Guardia. Pero claro, si meterse con los catalanes da votos, acusar las instituciones catalanas, quizas haga ganar elecciones.

Y sin dejar el mencionado grupo de opinión (caracterizado principalmente por que sólo su opinión es válida), me encuentro con las declaraciones de nuestro ex-presidente Jose Mari (ante todo soy democrata y acepto las victorias de los demas en unas elecciones), intentando ganar votos por la vía de meter el miedo en el cuerpo a los ciudadanos. Os dejo la frase y que cada uno opine lo que crea oportuno. (Aqui las opiniones son siempre bien recibidas).

"cada voto que no tenga el PP será un voto para que ETA esté en las instituciones"

Pdta. La frase en cuestión fue dicha en un "almuerzo mitin" en Calatayud, tierra de buen vino.