Ni se os ocurra gastaros vuestro dinero en este bodrio. Ni miedo, ni suspense, ni nada que se le parezca. Algun susto totalmente predecible, y quizás causado unicamente por algun efecto sonoro subido excesivamente de volumen.
En cuanto a sus protagonistas,
Tom Welling ("Smallville") y
Maggie Grace ("Perdidos") mejor que sigan dedicándose a las series de TV, de donde nunca debieron salir. Sólo se salva la actuación de
Selma Blair, quien, por cierto, parece ser que no fué doblada en las escenas de acción.
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